jueves, 4 de marzo de 2010

La representación, en los mejores teatros.

El Pueblo es el autor de la obra, los políticos los actores, que representan al pueblo en la escena, el orden social y económico, que el autor quiere crear. Más bien, es el orden social y económico quien influye en los actores y estos pasan por encima del autor.
No tiene sentido ¿no? Nos situamos en España, y nos vamos a nuestra constitución, en la que la soberanía reside en el pueblo. Como pueblo soberano se dota de esa constitución en la que se establecen las reglas del juego. Y con ellos los políticos. Estos están encargados de la representación de único poder soberano que hay, El Pueblo.
Una representación es aquella que quiere hacer presente lo que no está en ese momento, asegurando un canal de contacto, con mandato claro. Ahora bien, la representación política consiste en simbolizar lo representado por los representantes, quienes se hacen independientes de los representados. He ahí la jugada mágica de la representación política. Nos quieren vender que el pueblo español es soberano, pero no nos engañemos, eso es mentira. No es soberano ni cada 4 años. Los partidos políticos y el orden social y económico están por encima. La constitución dio y quieto al pueblo la soberanía en un día. Vivimos una ficción delirante en la que el pueblo es físicamente-Metafísico. Bravo.

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