jueves, 21 de enero de 2010

Desobediencia civil.

Es cierto, existe una crisis, vale. Y sí, estamos asistiendo a una crisis en la que los efectos no perjudican a las grandes fortunas, tampoco a las medias fortunas. La crisis se ceba en las familias más humildes, en la mal llamada clase media y la clase trabajadora. Y la gente lo sabe. Lo sabe y está cabreada. Lo lamentable de la esta situación es que vivimos en el siglo XXI. Si esta crisis hubiese pasado en el siglo XVI, o en el siglo XIX, las masas, saldrían a la calle, y se manifestarían, y terminarían en barricadas. Claro, no estamos en aquella época, hoy en día hemos avanzado socialmente, y en nuestras sociedades ese avance ha causado un empanamiento de las mentes. Empanada de consumo por cierto. Quizás en nuestro querido país, la culpa la tengan los sindicatos de clase que van de la mano de los supuestos partidos de izquierda. Ellos podrían movilizar a las masas. Pero ellos también tienen una empanada. La suya es de privilegios. Y así asistimos a como las ideas para salir de esta crisis, se basan en la disminución del estado de Bienestar social, disminución que, ¿a quién afecta?, si amigos oyentes si, a la clase trabajadora. La solución, desobediencia civil.