miércoles, 6 de abril de 2011

¿Sanidad?

Estos días he tenido que lidiar con la sanidad pública en Madrid, más concretamente en el Ramón y Cajal, y he podido comprobar de primera mano la estrategia del Demonio (Esperanza Aguirre). ¿Qué cuál es esa estrategia? Pues ir poco a poco (últimamente mucho a mucho, desgraciadamente) desprestigiando la sanidad pública. Pero no hablando mal sobre ella, sino haciendo que los ciudadanos, a raíz de sus experiencias negativas, adquieran una imagen negativa del sistema de salud madrileño. Mucha gente no se da cuenta de que se puede mejorar (y mucho), ni de que somos una gran potencia en cuanto a la salud y que la derecha, allí donde gobierna (da igual qué derecha, y si no, ojo a CIU en Catalunya), la va destrozando en pro de la privada.

¿Sabéis que médicos de la sanidad pública también trabajan en la privada tras su jornada? Aunque en principio eso no debería ser problema, acaba siéndolo cuando esos mismos médicos, por ejemplo, realizan tan sólo una operación en siete horas, mientras en la privada pueden llegar a hacerlo cuatro veces en el mismo tiempo. El resultado de esto está claro: Listas de espera. Y la solución del Demonio ante este problema no es otra que desviar a los pacientes de la pública a la privada, desprestigiando así a la primera y dando dinero aún más dinero a la privada.

Cuando en Urgencias te preguntan si quieres quedarte o prefieres irte a casa la primera reacción es la perplejidad: ¿En serio me están preguntando si me quedo o me voy cuando dudan de si he tenido un infarto cerebral y necesito una resonancia? Pues mire, sé que el Ramón y Cajal se ha quedado pequeño para el volumen de gente que tiene como referencia este hospital, pero le recuerdo que, si me voy a casa, eso supondría tener que ir al médico de cabecera, pedir cita para el especialista y que el especialista me haga la prueba. Fantástico.

Al final, y como no te pueden poner de patitas en la calle, uno consigue que le suban a planta tras 13 horas interminables en urgencias. No obstante, todavía nos tienen reservada una sorpresita más. La zona de neurología está en la 5ª planta… Y sólo funciona un ascensor del ala derecha del hospital. ¿Avería temporal? No, no, pasan los días y el ascensor sigue sin funcionar (y la prueba sin realizar). En mi trabajo, cuando un ascensor se estropea, como mucho en una hora está arreglado. Claro, si es que los nuevos hospitales, supuestamente públicos, nos cuestan una salvajada a las arcas públicas porque hay que pagar a una empresa para que lo gestione. Y todo esto, supuestamente, es debido a que no tenemos dinero para hacerlo nosotros. Pues bien, pasados dos o tres años, con lo que pagamos a esa empresa, podríamos haber construido nosotros ese hospital. ¡8000 millones llevamos gastados en 8 hospitales! Por cierto, no caigamos en el error de creer que esas empresas encargadas de llevar los hospitales son empresas dedicadas a la salud. Son empresas como Acciona, Sacyr-Vallehermoso, Hispánica, ACS, FCC. Sin duda, empresas con una gran tradición en la sanidad.

¿Y ahora qué? ¿Nos quedamos esperando a que desaparezca la sanidad pública en Madrid de mano del Demonio? Yo lo tengo claro, el 22 de Mayo podemos cambiarlo. Y lo podemos hacer si la izquierda, que somos más en Madrid, salimos a votar.

Por cierto, en el siguiente enlace podéis ver un estudio sobre la posibilidad de instalar el copago en Madrid.

http://imagenes.publico.es/resources/archivos/2011/2/9/1297217909077Prestaciones%20Madrid.doc

2 comentarios:

  1. Por cierto dejar claro, que los mejores profesionales están en la pública.

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  2. 13 horas? pues ya me dirás cómo lo hiciste, nosotros llevamos 4 días!!!!! :(((((

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